lunes, 11 de noviembre de 2024

DIARIO VITAL: CAPÍTULO 35.3

 

Versión ïntegra. Sin restricciones de tiempo en la oratoria.

¿Por qué ()? El nombre nos distingue.

Naciste a media noche, allá que fuimos a recibirte sin plantearnos ni nombre ni sexo. Tendríamos un bebé. E iba por fín a llegar aquel que ya quisimos antes de concebir. 

De tus primeros meses en el vientre: tu padre te sintió crecer dentro de mí mientras tú y yo acompasábamos existencia. 

Me dormía al menor descuido mientras tú te formabas y crecías dentro de mí libre como pez en el agua.

41 semanas hasta que viste la luz. Aquellos ojos negros, que ni pestañeaban, siempre abiertos, atentos, al igual que tus oídos. No llorabas, no lo necesitabas, siempre a tu lado, mientras observabas, paseabas, mamabas, crecías, ocupabas tu lugar en el hogar. 

Aquellos primeros días, mágicos, por horas observábamos tu metamorfosis como bella mariposa que te convertirte al final, con ganas de volar.

Los primeros días, para poder escucharte, coloqué un cascabel en el chupete. Bien cosido, bien atado. En pocas semanas, sin haber descubierto tus propias manos, con tu boca aprendiste a jugar con él, a ponértelo y a quitártelo mientras escuchabas su sonido. Y a mí me avisabas que ya volvías a estar despierta. Querías mamar, querías estar limpia, querías pasear, querías a tu papá. 

 Y ya en el mundo, con tu padre me enfadaba: la puedo chafar, se puede caer... dejaba la cama él al despuntar el día, te iba a buscar y te colocaba en su lugar, al lado de mí. Y así, las dos juntas, nos pasábamos prácticamente toda la mañana dormidas, ni tú necesitabas mamar ni yo necesitaba vigilia.

De aquella época, recuerdo que hablaba contigo a modo de monólogo. Pero tú dialogabas con tus ojos, tus oídos, tus manos, tus piernas, que cuando diste tus primeros pasos lo hacías al igual que tu padre, harta de verlo acercar en tus doce primeros meses… tardaste en dejarte escuchar, hilando tres palabras en una, con un vocabulario que ya memorizaste los dos años anteriores.

Y Así fue tu comienzo, ().



1 comentario:

  1. Creo que puse en palabras lo que muchos padres sentimos, independientemente de que el primer año de vida de nuestros hijos es único e irrepetible como huella dactilar. Fue recitado y dedicado además de a mi hija, al resto de audiencia

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Gracias, en breve os leo

DIARIO VITAL: CAPÍTULO 35.3

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